lunes, 4 de abril de 2011

Ignorar al otro, signo de estos tiempos

Hace unos meses leyendo el artículo "Ignorar al Otro, un signo de nuestros tiempos" de Tesy de Biase, vinieron a mi estas reflexiones que quiero compartir con ustedes.

Ignorar es uno de los castigos mas grandes que podemos darle a nuestros semejantes, en lo personal preferiría cualquier cosa a que me ignoraran, me toco mucho de pequeña este jueguito tonto de “aplicar la ley del hielo”, y la verdad me sentía muy mal; ahora veo que sin declararlo, los adultos de nuestra sociedad jugamos a esto y lo peor es que no nos damos cuenta.

Pero el pecado no es ignorar algo que no conocemos, sino el saber que algo existe y hacer como que no existe; para mi es inaseptable negar la existencia de algo y mas de un ser vivo que Dios a puesto ahí, para la misión cósmica de la que no estamos conscientes, pero de la que si formamos parte.

Pretendemos que al ignorar realmente la situación en la que vivimos desaparecerá, así evitamos ver a un mendigo, a los niños limpiaparabrisas, a niño golpeado en el súper, y no se diga en casa desde el hijo que pide a gritos que jueguen con él.

Y que hay de ignorarse a si mismo, me refiero a no darnos cuenta de nuestra verdaderas necesidades, de ocultar nuestro verdadero yo a los demás, de ser uno mismo, todos envueltos en la rutina en la tecnología, convirtiéndonos en seres autómatas que deambulan por las calles, como zombis sin una interacción sincera con el otro.

¿Pero que nosotros mismos no somos los causantes de esto que nos quejamos?, somos los causantes porque independientemente de que caminamos sin ver, permitimos los régimenes impersonales, en la escuela donde el alumno no lleva nombre sino una matricula, en el banco donde el cliente no tiene nombre sino es un numero, en fin, somos capaces de no exigir la mirada del que nos oye. El sentir, el escuchar el vivir ha quedado en segundo plano, vivimos en un contante TANATOS en nuestra vida que lentamente nos va comiendo.

Tendemos a alejarnos de la solución de problemas divorciarse con nuestros semejantes, a través de la empatía, el reconocimiento y exposición real de nuestro sentir, simplemente la solución ahora es alejarse, así la frase de “Las cortamos”, es constante en nuestras mentes, podemos ver como un matrimonio puede divorciarse, de hecho todos los jóvenes saben que si no funciona puede deshacerse el compromiso, la relación hijo padre es únicamente de bulto, y vamos desechando todo aquello que no nos funciona, tal y como hacemos con los aparatos eléctricos, puede en el momento llamar la atención.

Vivimos un mundo ligth, en donde no estamos consientes de lo que esta comodidad aparente traerá, esta ley del mínimo esfuerzo mal entendida, donde no es obtener mas por menos sino entre menos de menos problema tengo.

¿Que delirio silencioso estamos viviendo?, y como bien dicen en la tele “tu tienes el valor o te vale”

Nada mas y nada menos hoy recordaba este escrito cuando por la mañana me di cuenta que pocos estamos verdaderamente comprometidos con el rol que hemos decidio jugar, platicaba con mis alumnas que van para guía, que nuestro compromiso como guías Montessori va más allá que saber la tecnica o la teoria, necesitamos estar conscientes que en cualquier momento nos podemos volver complices del retrazo, del contaminador, simplemente por el hecho de IGNORAR AL OTRO, seamos más comprometidos con lo que nos toca ver o vivir y no permitamos que sigan pasando situaciones de las que seguramente tarde o temprano las consecuencias tambien nos alcanzarán.